Imaginaba mi muerte. Escándalo aparte, drama aparte, imaginé mi muerte. Se trató, más bien, de mi estado emocional al momento de la desaparición. A decir verdad, el camino hacia allá no va tan mal. Ahora mismo siento de cerquita a quienes quiero sentir cerca, a esa gente que me vio nacer, a quienes nacieron conmigo, a quienes ayudé a nacer y a quienes me acompañaron en esta empresa, así como a quienes se acercaron o me dejaron acercarme para compartir un buen rato, un rato de alegría y crecimiento. No va mal la cosa. La verdad, no creo que vaya a ser un escándalo en su momento, al menos no para mí. Eso sí, en ese planificar para atrás que se me planteó durante el ejercicio, y para llegar al estado previsto de despedirme con una sonrisa, sin lutos y sin miedos, comencé a repasar, para desechar urgentemente, las deudas, los miedos y todo compromiso de origen dudoso que ahora me pudiera estar desmejorando el camino que resta de esta aventura, de este regalo que agradezco "a quien pueda interesar" .